No hay nada que siente mejor en los fríos días de invierno que un delicioso y caliente plato de garbanzos con tomate y liebre. Una excelente combinación de sabores que harán que te sientas en la gloria nada más probarlos.
La variedad ideal de garbanzos para elaborar esta receta son ¡los castellanos!, eso sí, han de ser de muy buena calidad. Desde hace años, siempre cocino con los garbanzos daganzo, son tiernos, son extremadamente cremosos, de sabor suave e intenso, con una piel fina que no se desprende al cocinarlos, además absorben mágicamente todos los aromas y por si fuera poco ¡son de Madrid!
Para acompañarles he elegido la carne magra de la liebre, es tierna, muy sabrosa y cocinada con el aromático romero acentúa aún más su peculiar sabor a campo. No te preocupes sino encuentras liebre, también puedes utilizar conejo, su sabor es más suave, su carne más blanca, y resulta una muy buena opción para hacer brillar a esta riquísima e increíble receta.
Ingredientes
Para 6 personas
• 1 liebre troceada
• 350 gramos de garbanzos
• 1 cebolla blanca
• 1 cebolla roja
• 6 dientes de ajo
• harina de maiz
• 1 cucharada de semillas de comino
• 1 ramillete de romero
• 1 hoja de laurel
• 400 gramos de tomates rojos
• sal
• pimienta
• aceite de olivaDificultad
NormalTiempo de preparación
45 minutos
Pasos:
1. La noche anterior pon los garbanzos a remojo para hidratarlos y reducir así el tiempo de cocción.
A la mañana siguiente tira el agua y reserva los garbanzos. En una cazuela añade cuatro cucharadas de aceite de oliva y rehoga la cebolla roja cortada en juliana y dos dientes de ajo laminados. Cuando comience a estar blandita y translucida incorpora los garbanzos y la hoja de laurel, cubre con agua, cierra con una tapadera y cocina a fuego medio suave hasta que estén al dente, esto será unas 3 horas aproximadamente.
2. Mientras salpimienta y enharina la liebre.
En una cazuela baja pon una fina capa de aceite de oliva, el ramillete de romero y los ajos enteros. Sella muy bien la liebre por los dos lados para que todos sus jugos permanezcan en el interior. Una vez esté dorada retira y deja los ajos y el romero.
3. Ahora incorpora un poquito más de aceite de oliva y rehoga la cebolla blanca Cuando comience a brillar y a oler rico, incorpora la cucharadita de semillas de comino y fríe todo junto durante un par de minutos. Agrega los garbanzos con el caldo y la liebre. Cocina todo junto hasta que reduzca gran parte del caldo, unos 30-40 minutos aproximadamente.
4. Cuando reduzcan los liquidos retira a un plato la liebre.
5. Tritura los tomates hasta obtener un puré y añádelo a los garbanzos. Mezcla para integrar, sala al gusto y manténlo a fuego medio durante 20 minutos más.
Presenta poniendo primero los garbanzos y después la liebre. Decora con unas ramitas de romero y ¡a disfrutar!
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