Imagina la cara de los más pequeños cuando les presentes este plato de albóndigas de buey con salsa cremosa de tomate y patatas fritas de Navidad. Estoy segura de que no vas a tener que estar pendiente de ellos, de si comen bien o mal, porque no van a rechistar hasta dejar el plato limpio.
Si quieres conseguir un mejor sabor te aconsejo preparar tanto las albóndigas como la salsa el día anterior y conservar cada uno por separado. Así, cuando te dispongas a montar el plato te quedará perfecto.
Procura guardar las albóndigas en una cazuela o sartén baja de gran diámetro. De esta manera evitamos que queden unas encima de otras y se pierda su bonita forma redondeada. Con la salsa, la forma más fácil de conservarla es verterla en una jarra pyrex con borde vertido para que a la hora de llevarla al plato, te resulte más cómodo y sobre todo más limpia su dosificación.
Para preparar las patatas con distintas formas navideñas, comienza por pelar y cortar la patata en rodajas de ½ cm aproximadamente. Con ayuda de un molde en forma de estrella, campana o bastón corta la patata y fríela en abundante aceite de oliva caliente.
Si no tienes moldes cortadores una forma de improvisar uno, es imprimir o dibujar en papel vegetal la silueta que más te guste y ponerla encima de la rodaja de la patata. Con la punta de un cuchillo vas dibujando y apretando un poquito para que se marque en la patata. Después, con mucho cuidado de no lastimarte, corta poco a poco la silueta completa y obtendrás las divertidas patatas navideñas que tanto van a gustar a los más pequeños de la casa.
Albóndigas de buey con salsa cremosa de tomate
Ingredientes
- 1 kilo carne de buey picada dos veces
- 1 cebolla
- 2 puerros
- 1 diente ajo
- 2 huevos
- 4 cdas confitura de cebolla
- 150 gramos foie
- 1 ½ tomates rojos
- 4 patatas
- harina
- aceite de oliva
- sal
- pimienta blanca
Elaboración paso a paso
- En una sartén pon una fina cama de aceite de oliva y rehoga durante cinco minutos los dos puerros cortados en rodajas y la cebolla laminada. Cuando huela rico incorpora los tomates cortados y un poquito de sal al gusto. Cocina el resultado durante 30 minutos y pasa el resultado por una batidora de brazo o robot de cocina. Reserva en una jarra con borde de vertido.
- Coloca la carne en un bol. Añade el ajo rallado y el perejil muy picadito, la confitura de cebolla, dos huevos, sal, pimienta al gusto y el foie en pequeños dados.Con las manos limpias mezcla muy bien aplastando todos los ingredientes hasta conseguir que se integren. Tapa con film transparente y deja reposar durante 20 minutos para aunar sabores.
- Para que todas las bolas tengan el mismo tamaño utiliza un dispensador de helado. Después utiliza las manos para darle forma redondeada. Cuando las tengas todas listas dispónlas sobre una cama de harina y termina de perfeccionar la forma, asegurándote de dejar una capa muy fina de harina sobre ellas.
- Ahora hay que freírlas. Lo primero que debes hacer es ‘sellarlas’, para conservar así toda su jugosidad interior. En este paso es fundamental que el aceite sea muy abundante y esté muy caliente. Debes darles la vuelta durante el primer minuto para cerrar la costra y después baja a fuego medio, siempre controlando su intensidad para que nos quede un bonito tono dorado. En 3 minutos las tendrás tiernas y jugosas.
- Para adornar el plato prepara unas patatas fritas muy navideñas.Pela las patatas y corta en rodajas de ½ cm aproximadamente y con ayuda de un molde cortador en forma de campana, o estrella, corta las patatas. Fríe en abundante aceite de oliva y sazona.
- Presenta vertiendo primero en la base del plato una cama de salsa de tomate, coloca encima las sabrosas bolas de carne, adorna con un poquito de perejil y tus patatas navideñas.
Notas
- Si apuestas por prepararlas el día anterior, la mejor manera de calentarlas es en el horno a 180º. Solo tienes que introducir la cazuela con su tapadera y dejarla 30 minutos.
- La crema de tomate, también puedes calentarla en el horno.
- La carne de buey es extremadamente exquisita, tiene un color rojo intenso y el color nacarado de su grasa le aporta una jugosidad delicada y muy sabrosa que los paladares de los amantes de la carne y el de los niños, saben apreciar.
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