Lava los tomates y haz una cruz en la base con la punta de un cuchillo.
Pon hervir agua en una cazuela para escaldar los tomates. Cuando comience a hervir añade de uno en uno los tomates durante 45 segundos.
Sácalos rápidamente e incorpora a un bol con agua enfriada con hielo. El cambio de temperatura hará que la piel del tomate se contraiga siendo mucho más fácil retirar la piel.
Parte los tomates en cuatro, la rebanada de pan con las manos, y añade una pequeña cucharada de sal y un chorrito de aceite. Mezcla y deja que macere durante 20 minutos, de ésta manera el tomate comenzará a soltar todo su jugo.
Trocea el resto de las verduras con el medio limón pelado y sin pepitas. Añade todo al bol donde están los tomates.
Con una batidora de mano o robot de cocina tritura hasta conseguir una consistencia suave y homogénea. En los últimos segundos añade un generoso cordón de aceite de oliva, vinagre, sal al gusto y bate unos segundos más.
Corta en dados muy pequeños las rebanadas de pan. –utiliza mejor unas tijeras de ésta manera el corte será mucho más limpio y la miga se mantendrá intacta-.Extiéndelos en una fuente de horno, sazona y esparce algunas hiervas (orégano, romero, tomillo, perejil, etc…) riega con un generoso cordón de aceite de oliva virgen y al horno durante unos minutos hasta que se tuesten. Como cada horno es un mundo, estáte muy pendiente y remueve para que se doren por igual. Presenta tu gazpacho bien frío con tus panes crujientes y un zigzag de aceite de oliva