Pon a calentar una sartén grande y cubre el fondo con una fina capa de aceite de oliva. Incorpora la cebolla cortada en láminas con una pizca de sal y remueve para que se impregne bien de aceite. Si eres de los que lloran al cortarla, existen muchos remedios caseros para evitarlo, o al menos reducirlo.
Una vez haya cogido temperatura baja un poquito más el fuego y cubre la sartén con una tapadera dejando que se vaya haciendo muy, muy lentamente. Remueve de vez en cuando para que se cocine uniformemente.
Cuando veas que su tamaño ha reducido a la mitad, (aproximadamente en 1 hora y media de tiempo) añade el agua y remueve.La cebolla presentará una textura más cremosa casi al instante. Esto es debido a que al juntar el agua con los azúcares que contiene la cebolla estos se disuelven formando un ligero caramelo que le dará ese maravilloso color tostado.
Cocina 5 o 10 minutos más y conserva en botes esterilizados y herméticos, preferiblemente de cristal.