Lo primero que tienes que hacer es sumergir las conchas en agua con sal durante un par de minutos para eliminar la posible arena que pueda tener en su interior. (no suelen acumularla, pero mejor prevenir). No las tengas mucho tiempo ya que perderían gran parte de su sabor y de sus propiedades.
Pon a calentar una sartén e incorpora todas las conchas, ve retirando según se vayan abriendo por el efecto calor.
En una cazuela derrite 100 gramos de mantequilla. Añade el zumo de una lima y la chalota muy, muy picadita. Mezcla hasta conseguir una salsa cremosa.
Vierte la mantequilla por encima de las concha junto a una pizca de pimienta y decora con el verde perejil.