Limpia la calabaza de semillas y piel y ponla a hervir durante 10 minutos o hasta que este tierna. Retira el agua y aplasta con un tenedor hasta conseguir un puré. Deja enfriar.
Con ayuda de unas varillas eléctricas o manuales, integra perfectamente la mantequilla con el azúcar. Agrega el huevo, el jengibre recién rallado, la esencia de vainilla, la ralladura de naranja y vuelve a mezclar.
En un bol aparte combina la harina, la levadura, el bicarbonato, la canela y la nuez moscada e intégralo con la mezcla anterior junto a las pepitas de chocolate. Remueve esta vez con una espátula hasta conseguir una masa cremosa y algo firme.
Cubre una bandeja de horno con papel sulfurizado y con ayuda de un dispensador de helador coge la masa y colócala sobre la bandeja dejando espacio suficiente entre galleta y galleta para que al hornearse no se peguen, ya sabes que agrandan su tamaño. Hornea a 180º durante 12-14 minutos.Enfría sobre una rejilla y después deja caer sobre ellas una generosa lluvia de azúcar glass vainillado.