En una sartén pon a calentar el aceite y marca las pechugas de pollo durante un par de minutos por cada lado. En este proceso no es necesario que las muevas continuamente, simplemente deja primero que se sellen por un lado durante 2 minutos sin moverlas y después voltea para dejar otros dos minutos. Esto lo hacemos así para que se cree en todo su exterior un capa fina crujiente que mantendrá en el interior de la pechuga todos sus jugos y sabores.
Retira las pechugas de pollo de la sartén y añade una cucharada más de aceite. Dora ligeramente los ajos rallados. Seguido incorpora la mostaza, la miel y remueve para integrar sabores. Ahora vierte el caldo y deja que de nuevo tome temperatura.
Agrega las pechugas de pollo, salpimienta al gusto, cubre con una tapadera dejando una pequeña salida de vapor y cocina durante 20 minutos. En este tiempo da la vuelta a las pechugas para que se hagan bien por todos los lados.
En los últimos minutos añade la piña troceada en pequeños dados, revuelve un minutos y presenta las pechugas troceadas con su cremosa salsa y sus dados de piña.