En un recipiente añade la harina, la levadura, tres huevos, el azúcar, las semillas de anís, la ralladura de los limones, el aceite de oliva y por el último el anís dulce.
Con las manos bien limpias comienza a mezclar todos los ingredientes hasta conseguir una mansa uniforme.
Enharina la mesa de trabajo y continúa amasando hasta conseguir una masa suave y esponjosa.
Haz con ella una bola, regresa de nuevo al recipiente, cubre la superficie con un poco de aceite y deja reposar al menos 40 minutos en un lugar cálido.
Para que todas las rosquillas tengo el mismo tamaño y se horneen uniformemente te recomiendo ir pesando las porciones. Si las quieres pequeñas han de pesar 25 gramos y si las prefieres más grandes 60 gramos sería un buen tamaño.Haz con cada porción primero una bola, después introduce el dedo en el centro para crear el agujero y ábrelo para hacer la forma de una rosquilla. Distribuye sobre una fuente de horno cubierta con papel sulfurizado dejando un espacio entre ellas. Por último pincela cada una con huevo batido. Baja la temperatura del horno a 180º y hornea durante 15 minutos o hasta que estén doradas.
Para preparar el almíbar calienta el agua y el azúcar en una cazuela dejando que hierva durante 8-10 minutos. Después retira de la fuente de calor y deja que temple.
Una vez estén listas las rosquillas deja que enfríen unos minutos y sumérgelas en el almíbar templado. Seguido un buen descanso sobre una rejilla para que sequen y enfríen por completo.
Puedes comerlas tontas o trabajar un poquito más con ellas y convertirlas en rosquillas listas, de Santa Clara o francesas.