Lava las uvas muy bien, sumérgelas en el vino e introduce en el frigorífico durante 1-2 horas. Ten en cuenta que cuanto más tiempo estén macerando, más podrás apreciar los delicados matices afrutados de este estupendo vino.
Cuela las uvas, sécalas ligeramente y hazlas rodar sobre el azúcar. Disponlas en un plato e introduce en el congelador durante 30-40 minutos para conseguir un sutil punto helado.