Si te gusta pringarte los dedos comiendo costillas y sentir como la carne se desprende del hueso con absoluta facilidad para regalarte sabores intensos absolutamente fascinantes, tienes que preparar estas costillas de cerdo caribeñas. En casa nos encantan a todos y es la mejor receta que puedo ofrecer a mi hijo y a mi sobrina Rebeca si quiero que ese día me coman a besos.
Para acompañar a este plato estelar, como dicen ellos, lo mejor es una refrescante ensalada de tiras de lechuga romana, maíz en grano, aceitunas verdes y pimiento amarillo con aderezo de mostaza, aceite de oliva, crema de nata, vinagre, sal y pimienta. Y para terminar, unas fresas con nata de postre. Una comida súper completa, rápida, muy sencilla y rematadamente deliciosa.
Personalmente, esta receta me gusta hacerla con costillas adobadas aunque la original es con costillas blancas. Los isleños, utilizan su conjunto de especias favoritas para adobarlas, como; la pimienta, la cebolla, el ajo molido, comino, orégano y piel de lima, naranja y limón seco. Pero todo es cuestión de que vayas probando y personalizar el sabor como más os guste a vosotros hasta dar con las costillas perfectas.
Para llenarte de éxito el tiempo aquí, es importante. Has de dejar que se evaporen los primeros jugos y permitir que el fondo de tu cazuela se pegue un poquito para luego desglasar con líquidos e intensificar así su sabor. Seguido, un burbujeo suave y constante para conseguir unas costillas pringosas que van hacer que te chupes los dedos de puro encanto.
Costillas de cerdo caribeñas
Ingredientes
- 600 g costillas adobadas partidas
- 250 g patatas de ración cocidas
- 2 cebolletas alargadas
- 1 tomate
- 4 cdas salsa de tomate
- 3 rodajas de jengibre fresco
- 2 rodajas de piña
- 4 cdas salsa perrins
- 5 granos de pimienta negra
- 1 cda panela o azúcar integral
- 1/4 vasito de ron añejo
- 4 ramas de tomillo fresco
- 2 tazas de agua
- aceite de oliva
- sal
- pimienta
Elaboración paso a paso
- En un recipiente coloca las costillas, la cebolla y el tomate cortados, las rodajas de jengibre, el ron, los granos de pimienta, las salsa perrins, la salsa de tomate y dos ramitas de tomillo. Mezcla todo con las manos, cubre con papel film y deja reposar durante dos horas.
- Calienta una fina base de aceite de oliva en un cazuela, añade la panela o el azúcar y deja que comience burbujear. Presta especial atención a este paso para evitar que el azúcar se queme.
- Vuelca todo el contenido del recipiente donde están las costillas y cocina a fuego medio durante 15 minutos revolviendo de vez en cuando. Cuando los líquidos hayan evaporado, las costillas comiencen a chisporrotear y el fondo comience a tostarse, vierte dos tazas de agua y desglasa.
- Añade las patatas de ración cocidas, una rodaja de piña cortada en pequeños dados y las otras dos ramitas de tomillo. Mezcla para integrar, cubre con una tapadera, sube la intensidad del fuego y cocina durante 15 minutos, removiendo de vez en cuando. En los últimos minutos retira la tapadera y deja que los líquidos mermen y se conviertan en una pegajosa y deliciosa salsa.
- Presenta con dados de piña frescos y unos aros de cebolleta.
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