Seguro que más de una vez has visto en los expositores de las pescaderías a las bacaladillas, perlitas o lirios, como también se le conoce a este pescado blanco. Siempre brillante y con una pequeña expresión de ¡llévame a casa! la bacaladilla siempre nos va a ofrecer una multitud de opciones para ser cocinada y sobre todo, saboreada.
Su agradable y delicado sabor se debe a que se alimenta de pequeños crustáceos y al crecer, lo hace de peces pequeños y cefalópodos. Su carne tiene una textura frágil por lo que a la hora de trabajar con ella hay que tratarla con mucho mimo, pero a su vez, resulta perfecta para hacer croquetas o un buen pastel de pescado.
Si nunca te has planteado hacer un pastel de pescado, hoy te invito a que pongas a calentar tu horno a 180º grados mientras bates 4 huevos, sal, pimienta, eneldo, cebollino o las hierbas que más te gusten. Después agregas dos cucharadas generosas de crema de nata, 1/2 vaso de leche evaporada, 400 gramos de carne de bacaladillas limpias de espinas y piel, previamente cocida unos minutos con una hoja de laurel y una cebolla.
Mezclas para integrar todos los ingredientes, viertes en un molde, cocinas al baño maria durante 40 o 50 minutos y listo para comer y disfrutar.
Y ahora que ya sabes algo más sobre este divertido pescado, descubre conmigo nuevas, fáciles, y rápidas ideas para preparar las bacaladillas. Así, a la hora de incluirlas en tus dieta tendrás más opciones.
Frita:
Simplemente sazonada, enharinada y frita en aceite de oliva. No te olvides antes de introducirla en la sartén retirar siempre el exceso de harina para no estropear el aceite y así poder reutilizarlo. Si los fritos se hacen correctamente el aceite de oliva puede ser reutilizado hasta ¡¡5 veces!! Lee este artículo que escribí para Aceites de Oliva de España y descubre cómo hacerlo.
Empanadas:
Solo tienes que combinar en un bol: huevo, perejil y ajo muy picadito, y en un plato poner pan rallado. Coge tu bacaladilla pásala por huevo, luego por el pan y a la sartén con el aceite bien caliente.
Adobadas:
Para hacerlas adobadas primero hay que retirar la espina y la cabeza, ponerlas a macerar en un recipiente con zumo de limón recién exprimido y un majado hecho con ajo, perejil, orégano, pimentón, comino en polvo, pimienta y una hoja de laurel partida. Asegúrate de impregnar bien el pescado y deja que maceren durante 12 horas. Después las enharinas ligeramente y las fríes en abundante aceite de oliva.
Rellenas:
De pimientos de piquillo, un poco de sobrasada o un picadito de anchoas, alcaparras y aceitunas e incluso de verduras pochaditas.
Al igual que cuando las hacemos adobadas retira la espina y la cabeza. Abre la bacaladilla, pon el relleno elegido, coloca otra bacaladilla encima y dispónlas sobre una bandeja dejando caer sobre ellas una mezcla de pan rallado con sal de ajo, sal de cebolla y perejil seco. Hornea a 180º durante 12-14 minutos.
También puedes freírlas; prepara un rebozado con huevo, sal, agua y harina, bate la mezcla hasta que quede homogénea, empapa las bacaladillas retirando el exceso y a freírlas en aceite de oliva bien caliente.
Horneadas al limón:
¡Mi delicia!… Toma una fuente haz una cama con cebolla cortada muy finamente, sazona, riega con aceite de oliva y un poco de vino blanco. Hornea a 180º durante 15 minutos o hasta que comiencen a estar tiernas.
Mientras prepara un majado con ajo, perejil, aceite, sal, pimienta, limón y su ralladura.
Retira la fuente del horno, dispon las bacaladillas limpias de vísceras y cabeza, unos tomate cherry por la mitad y por encima el majado. De nuevo hornear 10-12 minutos más.
Fabulosas opciones que harán que la próxima vez que las veas expuestas en tu pescadería, te las lleves a casa sin pensarlo dos veces.