Afortunadamente hoy tengo para ti unas muy buenas ideas para transformar toda la comida que te ha quedado acumulada en el frigorífico en platos realmente deliciosos, que no solo puedes hacer en los próximos días, sino que puedes congelar y hacer uso más adelante.
Pan
Es uno de los alimentos que más sobran y por fortuna tiene múltiples usos:
Si te ha quedado duro lo mejor es rallarlo para empanar, croquetas, carne, mejillones… Y si aún puedes meterle el cuchillo; córtalo en dados para hacer unos picatostes y añadir a ensaladas, sopas y cremas, o congélalo cortado en rodajas gruesas para tostadas o rodajas mas finas para ir haciendo sopa de ajo durante el invierno.
Pescados y marisco
Tanto el pescado como el marisco puedes conservarlo para preparar grandes platos en los próximos días.
El marisco lo puedes conservar en trocitos y congelar para incorporar en tus próximas ensaladas que le va a poner siempre un punto rico.
Otras salidas dignas para el pescado y marisco
- Crema o caldo. Hacer una crema o caldo con las gambas, gambones, cigalas, buey, nécoras junto a los restos de pescado que aún te quedan es todo un acierto.
Prepara un sofrito de cebolla, zanahoria y un poco de ajo. Flambea con brandy, añade el pescado y marisco sobrante, un par de vueltas a fuego alto, sal, pimienta y cubre todo con agua filtrada. Deja hervir al menos durante 10 minutos, esta vez a fuego medio.
Pasado el tiempo cuela el resultado y envásala al vacío. Será perfecta para el día que quieras hacer una paella, un risotto, una pasta frutti di mare o simplemente presentar un caldito bien caliente para la cena con unos fideos nº 0.
- Empanadillas Prepara un buen sofrito con pimientos de colores, cebolla y un poco de tomate natural. Incorpora los restos de pescado, rellena las obleas y congela. Para que no se te peguen unas con otras deja caer sobre ellas un poco de harina. Este mismo relleno te servirá para rellenar unos pimientos de piquillo.
- Albóndigas. Pica muy menudito la carne del marisco y el pescado sobrante. Agrega pan humedecido en leche previamente bien escurrido, añade una yema de huevo, un poco de cebolleta muy cortadita, sal, pimienta y cebollino fresco. Combina todos los ingredientes, deja enfriar y prepara las bolas. Después hornéalas a 180º durante 15 minutos, o si lo prefieres, las congelas para hacerlas en otro momento.
Pavo
Seguramente más de una vez ha ido a la basura el esqueleto de tu gigantesco pavo con varios restos de comida adheridos a sus pequeños huesecitos. Pues se acabó. Si uno de tus platos en estas fiestas ha sido pavo asado, estás de suerte, porque puedes hacer auténticas maravillas con lo que te ha sobrado.
- Aprovecha la carne para hacer una cena rápida y prepara unos sabrosos sándwiches que puedes completar añadiendo lechuga, tomate y mayonesa con un poco de eneldo fresco y sal de apio.
- También puedes congelar los restos de carne en pequeñas porciones e ir usando según necesites. Con ella puedes hacer croquetas, una quiché con puerro y queso emmental, un relleno de empanadillas que puedes completar con cebolla y curry, e incluso añadirla a tu pizza casera favorita, a tus ensaladas o incorporar en tu próxima salsa boloñesa o carbonara.
- Caldo de pavo. Otra salida fabulosa y muy nutritiva es preparar un estupendo caldo con todo su esqueleto añadiendo alguna verdura extra que te quede en el cajón del frigorífico. Después, lo mejor es conservarlo en botes esterilizados y envasarlo al vacío para que te duré más tiempo.
Cordero
Prácticamente tiene las mismas salidas que el pavo.
Especialmente me gusta saltear los restos de la carne del cordero con algunas especias como el pimentón, comino, cúrcuma, ajo en polvo, pimienta y chile y servirlo sobre pan de pita con crema de nata y hummus de garbanzo.
Verduras
Todas las guarniciones de verduras cocidas o a la plancha que hemos preparado para acompañar las carnes y pescados, ya sean judías, coles de Bruselas, guisantes, zanahorias asadas, brócoli, patatas tienen una salida muy digna.
Los ingleses hacen un plato que llaman el bubble and squeak que consiste en picar toscamente todas las verduras, salpimentarlas y pasarlas por una sartén con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta.
Una vez se vaya calentando, se machaca con un tenedor para dejar todas las verduras bien apretadas. Se mantiene en la sartén durante 15 minutos para que se cree una costra… volteamos como si fuera una tortilla y antes de devolverla a la sartén engrasamos de nuevo, se deja otros 10 minutos para que se haga por el otro lado y listo.
Turrones
Los turrones blandos como el de almendras, puedes congelarlo y rallarlo durante el resto del año sobre tus postres favoritos: natillas, arroz con leche, flanes… o añadirlo a bizcochos y galletas.
- Helado de turrón: En un vaso batidor introduce una tableta de turrón de almendra troceada, 200 ml de nata, 200 de leche y 2 cucharadas de sirope de arce. Tritura unos minutos hasta conseguir la consistencia de una crema suave y al congelador. Retira unos minutos antes de servir y presentar con un poco de cacao negro en polvo.
- Bizcocho de polvorones Bate tres huevos medianos juntos a 150 gramos de azúcar integral de caña hasta sentir que se ha disuelto. Incorpora un yogur griego y 50 ml de aceite de oliva, una cucharada de esencia de vainilla y bate de nuevo. Tritura 350 gramos de polvorones con un sobre de levadura, un poquito de sal, e incorpora el resultado poco a poco a la mezcla anterior. Vierte la mezcla sobre un molde engrasado y enharinado. Hornear 35 minutos a 180ºC.
Tantos los turrones como los polvorones se pueden guarda durante 2 o 3 meses más sin problema, siguiendo el criterio de separarlos por tipos. No es conveniente almacenar por ejemplo los hojaldres con pastas, mazapanes, mantecados… sobre todo si ya están abiertos.
La mejor conservación es en sus propias cajas de origen, eso sí, es fundamental que esté en un lugar seco, alejado del calor, de la humedad y de otros productos olorosos.
Melocotón en almíbar
- Batidos: Tritúralos unos melocotones en almíbar con yogur griego, una taza de jugo de naranja y un poco de hielo pilé hasta conseguir un cremoso batido.
- En tus desayunos. Incorpora pequeños dados de melocotón en tus tazas de cereales, en tus tostadas o combina con otras frutas y cúbrelo de yogur.
- Licor de melocotón: En un recipiente esterilizado, alto y con tapadera añade los melocotones y cúbrelos con un buen vodka. Deja reposar en un lugar fresco y oscuro y según pasen los días se convertirá en un delicioso capricho.
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